Era Presidente del Gobierno de Epaña don José María Aznar; su Ministro don Federico Trillo ofició de falso embalsamador de cadáveres en el terrible accidente del Yak-42 Hemos llorado por los 62 muertos, hemos gemido aún más por la falsedad de 30 enterramientos blasfemos.
¿Acaso puede sostenerse semejante ignominia? Ya no está, ni se le espera, quien fuera Presidente por entonces. Mas aún conserva escaño quien fue el falso sepulturero de 30 hijos, privados de sepelios sinceros. Por respeto a los vivos, porque quiso blanquear la muerte con un fatuo funeral a sabiendas falso, Trillo debe ser retirado también de la vida pública, con mi mayor deseo de que descanse en paz en casa, si es que puede hacerlo. ¿Cómo confiar la verdad de una ley garante de justicia a quien mintió con muertos por vanidad, sólo por vanidad? ¿Alcanzan ustedes a ver otra razón? Trillo debe ser oculto según dictaminen los jueces, y el pueblo debe negarle cualquier ápice de representación.
¿Qué puesto ocupaba en el gobierno el señor rey de la plastilina? ¿O ya había dimitido para encabezar el cartel del partido del bien?
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