Estamos con quienes no provocaron esta crisis y sin embargo la padecen. La doctrina Montoro es tensionar hasta el extremo las consecuencias de las políticas codiciosas del neoconservadurismo, dogmatizado por Bush y profesado por Aznar en España. Dos razones les llevan a adoptar a los populares españoles su apocalíptica actitud ante la crisis, contra Zapatero. La una es acusar a otros de sus propias avarientas políticas. De este modo creen poder tapar la culpa de su dolosa codicia. Pruebas de prevaricación hay. Escuchamos en el PP de Benidorm en los años noventa que a la política se venía para forrarse y, en estos meses, más de 100 cargos electos por las candidaturas del PP están siendo investigados y han sido imputados por cohecho, por prevaricación , por abuso de sus responsabilidades públicas. El valor de los Gürtel es la codicia. En sesión de Cortes hemos votado sí al suplicatorio para que el diputado por Segovia, su señoría Merino, pueda ser investigada de prevaricación, apropiación indebida, cohecho, connivencia con la trama de los Gürtel, trama que atrapa a Camps, Bárcenas y otros cien más. Si la causa primera, que explica la actitud pasiva en cuanto a propuestas positivas contra el paro y delirante en cuanto a acusaciones, es desviar la vista de las políticas que la causan y de las que son principales actores y por tanto responsables, la segunda causa es la inmoral actitud de usar el paro como cheque para el voto. Su señoría Echaniz ha llamado a la cobertura del desempleo “chequeparo” con sarcasmo. Más paro quiere el PP, ojala que más de cinco millones, cifra cabalística que ya acariciaba y degustaba Montoro, insuflando gozos electorales a su grupo parlamentario. El paro es usado como aval para la ganancia partidaria del PP. Esa es la razón inmoral de la acusación de soledad al Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que se ha quedado solo, sin la cooperación del PP, defendiendo a todo tiempo y en todo lugar a los parados, a las personas con dependencia, a quienes tienen la sola virtud de su trabajo, inmerecidamente perdido, y han sido víctimas de la codicia neoconservadora y aznarista, continuadamente recomendada por la dirección popular. Solos se han de quedar quienes conforman la dirección del PP de Rajoy, quien jamás decidió cosa alguna, señalado heredero por su manifiesta incapacidad para decidir. El Presidente Zapatero no está solo cuando defiende a los parados, nos tiene a nosotros en vecindad con ellos, contra el abandono que de ellos hizo la codicia neoconservadora.
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