El Diputado Beloki usó un argumento cuando menos discutible: -Si se reduce el número de empresas como sucede en esta crisis, con el consecuente aumento de desempleados, es preciso adelgazar las Administraciones, central, autonómica, provincial y local. PP le dio su voto afirmativo. Junto al PSOE, intervino Gaspar Llamazares, que mereció mi aplauso, porque sin pretenderlo ha realzado la gastronomía de la ciudad conquense de san Clemente: los “pellizcos de monja”, bocadito de masa con azúcar que elaboran con dulzura las Clarisas de San Clemente. Llamazares decía que no se sostiene que la masa corporal de la administración española sea más voluminosa que la de otros Estados del entorno, y que en todo caso adelgazar la Administración en la forma que la dieta vasca propone (suprimir ministerios) apenas dejaría huella en las cuentas del Estado español. -Sería como un pellizco de monja, decía Llamazares: no dejará señal alguna en la carne pellizcada. Con esta argumentación ya se granjeó atención y simpatía el diputado izquierdista, pero el aplauso lo ganó cuando con rotundidad y claridad desenmascaró el sofisma belokiano: -Con esta propuesta y en estos mementos podría su señoría confundirnos: no es el despilfarro público la causa de esta crisis y del desempleo consecuente, es el despilfarro privado toda la causa. Se aplaudió la argumentación de Gaspar Llamazares, si bien el PP hizo prosperar la iniciativa vasca.
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