Las confesiones van envueltas a veces en papeles de acusaciones. Pero son confesiones al fin y al cabo. Rajoy interpreta a la pitonisa: "una trama del PP no, contra el PP" Profetizaba Rajoy el 11 de febrero, cinco días después del encarcelamiento de Francisco Correa, cabecilla de la trama “Gürtel”. Rajoy confesaba, empero, que trama había. - ¿Qué hacer? - Pasar la bola. María Dolores Cospedal sólo ha repetido seis meses después lo pontificado por su Presidente, al igual que Arenas, Trillo, Montoro, Mato. Aún no han dicho "queremos saber". Yo quisiera saber, quién extrajo para Rajoy la laminilla de plomo con el oráculo “una trama del PP no contra el PP” (sin coma -,-). María Dolores, que estas cosas las estudió, de los demás no me consta, debiera haber recordado la calculada ambigüedad de los oráculos y no haberse lanzado a la glosa, que le sitúa al borde de la dimisión. Su exceso de fervor le llevó a la tropelía de acusar al Gobierno de diligencia contra el PP y negligencia contra ETA. Cospedal debiera dimitir por papista. Ha pretendido ir más lejos que el jefe. Debiera haber practicado la virtud de la la prudencia, como nos la aconsejó aquél oráculo romano para la devota madre: “vivirán no morirán”. La animosa madre salió del templo alabando a los dioses; mientras, los hijos caían defendiendo al césar. El oráculo era “vivirán no, morirán”. En este caso viene a ser más aparente: “Una trama del PP, no contra el PP”.
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