El Congreso de los Diputados, en la Comisión Parlamentaria de Educación, por unanimidad, ha aprobado una declaración institucional, por la que celebra el centenario del 8 de marzo de 1910, día y año, en que se reconoció el pleno derecho de la mujer a matricularse en la Universidad pública española “sin distinción por razón de sexos”. En 1943, Concepción Arenal hubo de hacerse pasar con vestimenta de hombre para poder matricularse universitaria. Sus señorías se felicitaban de la normalidad actual, que nos muestra que el 54% de la matriculación universitaria es femenina. Si bien también en 1872 se matriculó en la Universidad de Barcelona María Elena Massera; si bien entre la década 1872-1882 se matricularon nueve mujeres en distintas universidades españolas, no fue hasta el 8 de marzo de 1910 cuando se derogó la discriminación, que suponía para la mujer la Real Orden de 11 de junio de 1888, que disponía que las mujeres, en todo caso, podrían admitirse en la universidad como alumnas de enseñanza privada. En la actualidad, de los 1300 millones de personas, que viven en la pobreza extrema en todo el mundo, subsistiendo con menos de 1 dólar por día, son mujeres más del 60%. La crisis económica, nacida del monopolio de la riqueza por unos pocos, no puede hacernos olvidar que sin igualdad no hay progreso.
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