sábado, 22 de enero de 2011

don Enrique Tierno Galván

El alcalde de Madrid

Gigante Tierno
El 21 de enero de 1986 era acompañado a la muerte el alcalde democrático de la villa de Madrid, don Enrique Tierno Galván. Se hizo grande por los detalles, habitat común del diablo. Don Enrique fue un diablo, metafísico de la modernidad no sólo por el conocimiento de Ludwing Wigenstein, del que fue su genial traductor al castellano. ¿Cómo, si no, hubieramos incorporado a nuestro predicado que de lo que no se sabe más vale callarse? Sino por poner peces en el Manzanares, que si hubiera sido visto por Heráclito, no hubiera usado éste el río como metáfora del continuo fluir de la vida, ni Jorge Manrique hubiera utilizado un río como metáfora hacia la muerte. El autotransformado en  alcalde viejo profesor al Manzanares prometió peces, a los parterres flores y a los modernos movida. A todos nos aconsejó estar atentos al loro, que es quien estructura la noticia sobre la realidad, sabiendo bien Tierno que lo que es, Wigentein lo dijo, es lo que se dice. Un río con peces: el origen; flores, profetas de la divinidad; movida, factora de la fraternidad e información, que es el saber. He ahí los cuatro versos  del ciudadano alcalde Tierno Galván,  que le hicieron necesario. Todos somos contingentes, tú alcalde, eres necesario: te lo ha dicho de cine el albaceteño  José Luis Cuerda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

si comentas, dialogas conmigo