martes, 26 de enero de 2010

Memoria


No hay borradores de la Historia

José María Aznar se envanece de haber derrocado a Hussein de Irak, acompañando a Bush de Estados Unidos. Se reafirma el prócer de no haber enviado a soldado alguno a la Guerra de Irak, siendo él Presidente, pese a estar convencido de la existencia en aquel país del Tigris y Eufrates de armas de destrucción masiva. José Bono ha comentado que él, cuando Ministro de Defensa del Gobierno de España, fué mandado por el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero a traer a 1200 soldados, que había en Irak. Y se los trajo. Hubo en el mundo, también en España, manifestaciones populosas bajo el slogan “no a la guerra”; hubo aquiescencia numerosa por la decisión del gobierno socialista de no participar en la guerra de Bush. En estos días, su señoría Cosidó, Diputado del PP, portavoz en el Congreso para temas de política de Interior, ha escrito, al dictado de la la estrategia alacrán ("morir matando"): “Los únicos que deberían avergonzarse son quienes protagonizaron una de las retiradas más humillantes de nuestra historia militar…frente a nuestros principales socios y aliados”. Acusación manifiesta, señoría Cosidó. ¿Participó España en la Guerra de Irak por la sola voluntad de Aznar, sin Parlamento, ni ONU, ni Iglesia, que la calificó de inmoral? ¿De qué nos retiramos? Los señores de FAES y de Aznar tal vez pueden reescribir la historia, pero no borrarla. ¿Aclararán para el gran público las razones de esta guerra y la participación de España en ella? Se aventuró que la Guerra serviría para obtener petróleo gratis, amén de la fama que les daba a los neocon españoles tutearse con el Presidente neocon de los Estados Unidos de América. La historia no se borra.

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