Para las séptimas europeas

Europa importa. El mundo exige estrategias de sostenibilidad, adoptadas multilateralmente. ¿Qué hacer cuando no hay electores activos? De cada 100, 54 no celebraron jornada electoral alguna. Al PP le transfirieron su confianza 20 personas con derecho a voto de cada 100; 80 no. Al PSOE, le acompañaron 18; 82 no. A la Coalición por Europa (una amalgama de siglas), le dijeron adelante 2 de cada 100; no, 98. Lo mismo que a IU, que acudía en coalición con otras agrupaciones partidarias, 98, de cada 100 no le dieron el voto. Al Partido de Rosa Díez, nuevo en la contienda electoral, le dio su voto 1 elector, por 99 que no se lo dieron, lo mismo que a la coalición por Europa y los verdes Edp-V, a quienes también abandonaron 99 de cada 100 personas con derecho a voto. El escándalo no es distinto al que se produce en las otras circunscripciones electorales europeas. No es España diferente en el desajuste entre política partidaria y política ciudadana. El poder distancia. En la representación europea nada hay de cercanía, sólo poder, en su caso. Mas ninguna representación política ha de ser, en todo caso, sólo representación, también ha de verse con la ciudadanía.