De izquierdas o derechas no es la distinción, sino globales por el
capital o mundialistas por la
ciudadanía. Han cambiado, con los
tiempos, los modos de definir quién es
cada cual.
Del “Ha
vuelto el socialismo” del anterior congreso en Sevilla - "Orgullo y
responsabilidad, es lo que siento"- febrero de 2012: El PSOE ha vuelto, y
vuelve para quedarse. Lo mismo se repite en la conferencia de Granada de
noviembre del 2013.
Del “ha vuelto” al “que no pretendan regresar, que nosotros
llegamos para quedarnos” , que repiten los equipos de los candidatos (no hay
candidatas) Hay un trecho.
Lamento que no se hable de la necesidad
de volar para, por la justicia, remontar este muro que el capital construye en
torno de cada cual. Pretende el dinero hacer crecer enemistades para de ese modo
proteger su emporio.
Recuerdo un adagio asiático que dice
que el mejor gobernante es quien consigue que los otros digan, no que les escuchó el gobierno, sino que ellos hicieron cuanto el gobierno se atribuye
para sí.
Existe desde hace más de 100 años una proclama europea que manda a
los trabajadores abordar sus problemas desde una perspectiva mundial.
Frente a
esta proclama socialista,
he oído decir que en España cada cual podría hacerse rico en un tiempo récord; que lo que importa del gato es que cace ratones, más que su color; y lo más grave: que España va bien, mientras se enfrascaba en una guerra para abaratar el precio del petróleo invadido.
He leído que hay actualmente más desplazados que en la segunda guerra mundial: “El número de refugiados y desplazados en el mundo alcanzó los 51,2 millones el año pasado, superando por primera vez la cifra de víctimas forzadas al éxodo durante la Segunda Guerra Mundial”, anunció hoy el organismo de la ONU.
Y mientras esto sucede, un partido nacido para la igualdad por la educación, sigue debatiéndose entre el pacto o la ruptura con quienes sólo son acumuladores de poder por la economía.
he oído decir que en España cada cual podría hacerse rico en un tiempo récord; que lo que importa del gato es que cace ratones, más que su color; y lo más grave: que España va bien, mientras se enfrascaba en una guerra para abaratar el precio del petróleo invadido.
He leído que hay actualmente más desplazados que en la segunda guerra mundial: “El número de refugiados y desplazados en el mundo alcanzó los 51,2 millones el año pasado, superando por primera vez la cifra de víctimas forzadas al éxodo durante la Segunda Guerra Mundial”, anunció hoy el organismo de la ONU.
Y mientras esto sucede, un partido nacido para la igualdad por la educación, sigue debatiéndose entre el pacto o la ruptura con quienes sólo son acumuladores de poder por la economía.
De izquierdas o derechas no es la distinción, sino globales por el capital o mundialistas
por la ciudadanía. Han cambiado,
con los tiempos, los modos de definir quién es cada cual.
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