En esta actual revolución global, Europa y, bajo su ordenamiento, España se suma a propagar por el mundo entero el gran aburrimiento. El beneficio económico tiñe de gris-moneda la llamada economía, cuyo dominio es la política (la vida) toda.

Decir ahora con Alejandro Dumas que “África empieza en los Pirineos” es reivindicar el exotismo de la luz de la imaginación artística frente al color gris con que tintan toda operación europea los aburridos banqueros, absortos en la globalización del precio de los valores.
La escandalizadora frase ''África empieza en
los Pirineos'' fue acuñada por admiradores de la luz barroca del baile español
y africano, de la luz de Velázquez, de la imaginación de Goya.
Unamuno retomó el ''África empieza en los
Pirineos'' con orgullo.
Y yo lo reivindico para trenzar lazos con el
continente africano y también con la
América latina: Trump no puede ser el empresario del mundo,
ni la economía la ley, pues no hemos de ser idiotas.
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