sábado, 22 de junio de 2013

Controversia de principios en el PSOE

Trío de ideas


Hay iniciativas políticas interesantes, que debieran considerarse con la calma que merecen los principios. Se proclama la idea de “Socialismo afectivo”. Una mujer joven, recién llegada a los umbrales del PSOE, posó para un video familiar en el parque y pronunció un discurso estratégico, sobre el principio de “socialismo afectivo”. Al decir de políticos más avezados, la carga de sinceridad que lleva el principio proclamado le hace ineficiente (sic). El Secretario General de los socialistas de España (¿o hay que llamarles socialdemócratas europeos?) expone el principio de “austeridad inteligente”. La idea es genial por la síntesis de ideas que consigue: La austeridad es lo que en estos tiempos anuncian, ciertamente para los súbditos, los prohombres del PP, herederos de los prohombres que fueron entre Felipe V y el 39, por quedarnos en fechas cercanas. La Inteligencia forma parte del programa máximo del Socialismo que inventó Pablo Iglesias con otros pocos: “libres e iguales, honrados e inteligentes". Un principio socialista, aunado con un aforismo moral católico, “austeridad inteligente”, debe dar mucho de sí al componer estrategias. Estos mismos días hemos asistido en la Moncloa a las moiras “austeridad” e “inteligencia” pactando, por imperativo de la clásica socialdemocracia europea, “por una Europa más comprensiva con los pequeños”. Comprensión de los grandes para con los pequeños es otro principio, que en casa se usa mucho para advertir a los abuelos que ellos también fueron jóvenes. De modo que se presentan al menos tres axiomas para la nueva política: “socialismo afectivo”; “austeridad inteligente”; “por una Europa más comprensiva con los pequeños”. ¿Y para cuándo el “gobierno abierto de la ciudadanía"?.

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