Los hijos sin madre
Han ido, sus madres,
por la calles y en sus rincones fornicaron por una cajetilla de
tabaco; se pusieron en las esquinas y en
las puertas de las iglesias a pedir para el feto concebido. Pedían mujeres putas con hijos o abandonadas
mujeres con hijos o hijos sin madre conocida. ¿Qué se yo? Y eran acogidas y
acogidos en casas de acogida y allí se les explotaba a las mayores y a los
pequeños y pequeñas, abandonad@s a la suerte de la muerte y se les enterraba sin identidad. Y no eran
poc@s, que se les cuenta por grandes cantidades. No se me ocurre sino maldecir
la caridad ejercida contra el pecado. Seguro que no eran acreedoras de
beneficencia, sino de castigo ellas y sus hijos e hijas; ¡por nacid@s del
pecado! Habían de ser enterrad@s en
anonimato. Qué se yo de todo esto. Sólo sé que, leída la noticia, se me puso el
alma en rebeldía y quiero denunciar el atropello para que mi carne con mi alma
puedan hablarse. Refiero lo aparecido en
los medios bajo el título “hallados numerosos restos de bebés en una fosa de un
convento en Irlanda” y luego sigue el indescriptible relato que denuncio. La
caridad no es salvaje acogida.
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