Anoche Israel ha bombardeado el Mediterráneo en el mar de Gaza. He estado tentado de ir a tocar el mar en una playita mediterránea, a sufrir en mis propias carnes los misiles y las balas y sentir en mi propio cuerpo la sangre caliente del palestino muerto. Playa Els Tossals/Los Tusales, por ejemplo, en Guardamar del Segura, donde celebramos nuestra primera convención Baile de Civilizaciones, nacida por el Mediterráneo.
¿Sabéis
que soy Chamán? Fui nombrado por La Cátedra
Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE). En una bellísima velada entra
amistades, evoqué que en una alquería del Reino de Al-Ándalus, durante el
intercambio de un trozo de queso y una hogaza de pan rebozada en aceite,
un fenicio dio nombre al lugar: “Albaçit”, como lugar propicio para el comercio y
la feria. Francisco Garzón
Céspedes,
ilustrísimo cubano del mundo, nos narró la bellísima historia del beso a la
mañana: "si usted quiere endulzarse,
hágalo de los labios amigos, que durante la noche fueron rociados de azúcar.
Quien no besó se lo perdió". José Víctor Martínez Gil, un
delgado mexicano, con cuerpo capaz de hacerse los mares del mundo en el vientre
de un guitarrón, narró que, porque todos los mares se comunican, sus hermanos
de allá, cuando quieren decirle algo, palmean el mar. José Víctor hace lo
propio, acude también a la ola más próxima y reenvía sus besos: porque el mar es uno y se
comunica.
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