Cuando este sacro Papa, Benedicto XVI, visitó Valencia, al parecer, algunos de la empresa de Correa obtuvieron de la visita papal pingües beneficios. Entre los beneficiarios políticos, con independencia de Camps, Presidente valenciano a la sazón, y la Alcaldesa Barberá, aún en ejercicio, estaba el mismito PP, quien también fue abastecido, tal vez, de estos correosos eventos. De ser así, debieran ser todos declarados, por el Vaticano, “sacrílegos”, pienso. No sé si la ROTA tiene conocimiento del “hecho valenciano”. Me temo que la alcaldesa Barberá no le haya comunicado sino parabienes y la Rota no entienda, dadas sus competencias morales, del coste terrenal de las cosas. Ahora que vuelve el Papa, el PP madrileño lo publicita mejor: en vez de gasto, habla de beneficios. He ahí la habilidad del alcalde Gallardón ¿Cuánto renta la visita del Papa a Madrid? Hablar de inversión/beneficio es un lenguaje posmoderno, como lo pretende ser don Alberto Ruiz Gallardón. Anuncian el evento comercios, restaurantes…Incluso teatros y cines esperan la Jornada llamada Mundial de la Juventud, JMJ, llenando sus escaparates de referencias al encuentro de los jóvenes con Benedicto XVI. Es el Papa el mejor de la pasarela JMJ, del jueves 18 de agosto. Un agosto para hacer caja. En Alcorcón sirven un postre con los colores vaticanos, sobre el que están grabadas las llaves de San Pedro. Los cines proyectarán películas religiosas. España será de nuevo “vaticana”. Benedicto XVI se ha prestado al mercado. Y hay quien lo compra. El espíritu se ha hecho mercancía.
Muy buena reflexión. Apenas he leído alguna entrada tuya y me gustan. ;)
ResponderEliminarApenas he leído alguna entrada tuya y, como ésta, me gustan. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar;)