MONOTEÍSMOS

La Oda de Ibn 'Arabi

Hasta ahora ignoraba a mi compañero,
si no compartíamos la misma creencia.
Pero ahora mi corazón es capaz de ser cualquier cosa:
pradera para las gacelas, claustro para los monjes.
Templo para los ídolos, Ka’aba para los peregrinos,
Tabla de la Torah y Libro Santo del Corán.
Sólo el amor es mi religión.
Para donde quiera que cabalgue
el amor es mi religión y mi fe.
Los Estados y Religiones han nacido para ser “Únicos”, las ciudades, por el contrario, se han establecido como espacios de vecindad para el respeto y la igualdad.

El Foro Ibn ‘Arabi en su XII edición, tras celebrarse en Marsella, Toledo y Sarajevo, hizo ayer lo propio, desde el Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, en Egipto por video conferencia. El Teólogo, escritor, ensayista y Presidente de la Asociación de Derechos Humanos de España, Juan José Tamayo, planteó las coincidencias del Judaísmo, Islamismo y Cristianismo, las tres religiones monoteístas nacidas del tronco de Abraham, sus contradicciones y la necesidad de encuentro. Coinciden en la llamada a la esperanza -otro mundo mejor es posible- y en la denuncia de la injusticia; se contradicen al querer ser únicas y guerrean entre sí; debieran unirse por el respeto, ya predicado en le s. XIII por el teósofo sufí Ibn ‘Arabi. El Profesor emérito de Literatura Andalusí en la Universidad del Cairo, Soliman El-Attar, desde Egipto nos animó a recuperar al teósofo, nacido en Murcia y muerto en Damasco, al igual que lo hiciera Calderón de la Barca, en su “La Vida es Sueño” y desmontó las adherencias no coránicas sobre la mujer, que es considerada igual en hermandad al hombre por el pequeño Corán y desde luego por el Gran Corán que es la obra de la Creación. Mientras veía atento a José Monleón, Director del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo y graciosamente Presidente de la Fundación Baile de Civilizaciones; al hilo de lo expuesto por el participante palestino sobre las ocupaciones territoriales de Israel a Palestina, que hacen imposible la Paz; sinceramente pensaba de nuevo que los agentes de la Paz son las ciudades. Los Estados y Religiones han nacido para ser “Únicos”, las ciudades, por el contrario, se han establecido como espacios de vecindad para el respeto y la igualdad.

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